La historia del blackjack es casi tan apasionante como el juego en sí. Pese a ser un juego de reglas sencillas que durante mucho tiempo estuvo reservado a unos pocos, no sólo ha logrado sobrevivir sino que su popularidad no ha dejado de crecer.
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El juego del 21 ha viajado muchos kilómetros y ha sido testigo de muchos cambios; su recorrido le ha llevado desde la corte del mismísimo Napoleón Bonaparte hasta el smartphone de cualquier hijo de vecino.
En JuegaCasinoOnline.com dedicamos unas líneas a recorrer esa variopinta historia y lo hacemos basándonos en la guía del casino de PokerStars, la cual reúne muchísima información no sólo sobre los orígenes sino también sobre la presencia del blackjack en la cultura popular de los últimos siglos.
Blackjack: los “padres” del 21
Los juegos son tan antiguos como lo es nuestra civilización, y hay evidencias de apuestas desde los tiempos de los romanos. Fue en la Edad Media cuando se empezaron a popularizar las cartas, y en Europa prácticamente todos los países pueden hablar de algún juego del que podría derivar el blackjack.
Don Miguel de Cervantes habló en su historia “Rinconete y Cortadillo”, de sus Novelas Ejemplares, sobre el juego del Treinta y Uno. En el siglo XVII, Charles Cotton describe un juego llamado Bone Ace en su libro The Complete Gamester. Tanto en el juego español como en el inglés, se utiliza el As con un doble valor: uno y once, lo mismo que en el blackjack.
Estaban también las versiones belga del Trente-et-Quarante, donde se ya se jugaba contra “la casa”, la francesa llamada Quinze, o la italiana que era el popular Siete y Medio. Todos estos juegos de cartas tienen un mecanismo similar al del blackjack pero las reglas del juego actual derivan directamente del francés Vingt-un, es decir: 21.
Napoleón y la Fiebre del Oro
En el siglo XVIII el 21 era uno de los juegos de moda en la Corte francesa. Entre otros personajes conocidos que fueron grandes aficionados a este juego, estaban Madame Du Barry, famosa amante del rey Luis XV al que conoció precisamente en una casa de apuestas, y el emperador Napoleón Bonaparte.
Los franceses se llevaron el juego al sur de Estados Unidos, a ciudades como Nueva Orleans, que fundaron en el siglo XVIII. Ya en América se cambiaron algo las normas –como hacer que la casa tuviese que enseñar una de las cartas, o como tener que plantarse en 17 y pedir si no llega a 16-, y fue allí donde se le dio el nombre de blackjack. En algunos casinos –por poco tiempo- se dio un bono extra a quienes conseguían sumar 21 con la figura de la J negra, por eso se hizo popular lo del black jack.
Muchos buscadores de oro partieron del sur del país hacia California a probar fortuna. Se establecieron colonias, poblados y minas en las que muchos iban sin sus familias, y poco más hacían que trabajar y pasar los ratos de ocio en el salón.
De esa época surgieron personajes tan curiosos como Lady Moustache, pionera y una de los mejores jugadores de blackjack de la historia.
Popularización del blackjack
Con los grandes casinos a pleno rendimiento e incluso ciudades enteras dedicadas al mundo del juego, como Las Vegas, nace la posibilidad de conseguir buenos premios. La auténtica revolución del blackjack llegó cuando se encontraron y perfeccionaron técnicas para superar la ventaja del casino.
El desarrollo en el estudio de las teorías de la probabilidad, hicieron que los matemáticos se interesasen por un juego de probabilidades como es el blackjack. El Doctor Edward O. Thorp y su libro Beat the Dealer fueron los que pusieron la primera piedra.
Más tarde, otros grandes jugadores como Ken Uston (en la foto) con The Big Player (1977) o Ben Mezrich con Bringing Down the House, no hicieron sino agrandar la leyenda. Uston está considerado como uno de los mejores contadores de cartas de la historia, y el libro de Mezrich sirvió de inspiración para la película Blackjack: 21, que cuenta cómo un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussetts consiguió ganar miles de dólares en los casinos gracias a sus técnicas de conteo y su trabajo en equipo.
El ‘conteo’ –que no se puede hacer en blackjack online- ha estado perseguido por algunos casinos, aunque hay sentencias judiciales que afirman que no se puede considerar una forma de hacer trampa. Lo que está claro es que le ha dado una vuelta de tuerca al juego y que se necesita mucho talento para poder llevar esta técnica a cabo.
En el año 2003, Max Rubin decidió rendir tributo al talento de esos jugadores y creó el Blackjack Hall of Fame. Desde ese año se han incluido a más de 20 personas que han tenido un lugar destacado en la historia del blackjack, como el virtuoso James Grosjean o los citados Uston y Thorp.
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